¿Qué es Ecoversidades?
Ecoversidades es una red planetaria trans-local de aprendizaje autónomo, regenerativo y cooperativo. Reúne personas, procesos y territorios comprometidos con desaprender la lógica colonial del conocimiento y cultivar formas de vida en armonía con la Tierra. No es una institución formal ni una red con membresía, sino un espacio vivo de afinidades éticas y prácticas transformadoras.

¿Quiénes coinciden en Ecoversidades?
Coincidimos personas, colectivos, comunidades y procesos que se preguntan por otras formas de aprender, enseñar y habitar el mundo. Participan educadorxs, campesinxs, artistas, científicxs, guardianes de saberes ancestrales, jóvenes en búsqueda, abuelxs sabias, soñadorxs radicales. No hay una sola manera de ser ecoversidad.

¿Por qué nos reunimos en Chile?
Porque sentimos el llamado de este territorio, del valle del Aconcagua, donde florecen procesos que combinan espiritualidad, regeneración y prácticas comunitarias. Reunirnos en Chile es parte de un gesto más amplio de entrelazar procesos latinoamericanos que comparten luchas por la vida digna, por la justicia epistémica y por la regeneración de los vínculos humanos y más-que-humanos. Es una pausa activa para el encuentro, el tejido y la celebración.

¿Qué viviremos en este encuentro?
Viviremos un espacio de intercambio desde el cuerpo, la palabra, la siembra y el juego. Caminatas, círculos de palabra, talleres, cocina colectiva, danza, siembra de sueños, escucha profunda y actos simbólicos. No hay un programa cerrado, sino una trama viva que se teje entre quienes llegamos, con cuidado mutuo y apertura.

¿Qué se espera de mi participación en este encuentro?
Tu presencia plena. No vienes a consumir un evento, sino a co-habitarlo, a co-crear desde lo que traes: tus historias, tus preguntas, tus saberes y tus silencios. Se espera que participes con apertura, respeto y deseo de aprender en comunidad.

¿Por qué Ecoversidades?
Porque necesitamos espacios donde el aprendizaje no esté al servicio del capital, sino de la vida. Porque queremos prácticas que nos ayuden a descolonizar nuestros modos de conocer y convivir. Porque creemos que otra educación —más libre, situada y sentipensante— es posible… y necesaria. Porque sentimos que aprender también es una forma de cuidar la vida. Porque queremos abrir caminos donde el conocimiento se conecte con la tierra, con los cuerpos, con las memorias y con los sueños colectivos. Porque intuimos que es posible (y urgente) cultivar otras formas de saber y convivir, nacidas del encuentro entre mundos, del respeto profundo y de la alegría de aprender juntxs.