La residencia que realicé en el mes de julio en la Escuela Lobitos en el Selvatorium (en la Sierra Nevada de Santa Marta), apoyada por un fondo semilla de Ecoversidades, fue una experiencia integral de aprendizaje: me encantó observar la libertad con que los niños exploraban el río, la naturaleza, la cultura, los amigos, la recursividad al inventarse diversidad de juegos… me inspiró lo contextualizadas que son las dinámicas pedagógicas, las aulas vivas que van emergiendo, ver lo entusiasmada que lucía Diana, una de las estudiantes, apasionada de la literatura, ver Alicia conectada con el dibujo, la imaginación visual y literaria tan fecunda de Yaku y la sabiduría corporal y espíritu salvaje de Alisio, la complicidad de Jerson, ver como los nativos saben tantas cosas del entorno y notar el impulso y lo visionarios que son Vanessa Gocksch y Juan Carlos Pellegrino (los cofundadores del Selvatorium) motivando el liderazgo, la creación colectiva y mostrar con el ejemplo a las familias las posibilidades productivas que pueden hacer con lo que es fértil y abundante en el territorio.
Disfruté también mucho en mi estadía de la belleza y exuberancia del lugar, el río, la montaña, el mar, la alimentación, los paisajes sonoros (aquí todo está vivo y palpitando), las conversaciones, las mingas, las celebraciones, la importancia del pagamento, los inventarios de los árboles y sus propiedades medicinales, la cosecha de guáimaro, las caminatas diurnas y las noches en el chinchorro, el liderazgo y compromiso de los estudiantes y profesores, los avances en cuanto a mayor consciencia sobre la salud, los derechos y los procesos que adelantan de soberanía alimentaria, bio-construcción, energías alternativas y saber que en un lugar tan alejado de las aglomeraciones urbanas existe una experiencia pedagógica de la cual hay tanto por aprender.
Es notorio que cuando viajamos, los aprendizajes se dan en varios niveles, no solo aprendemos sobre algo a priori, algo que delimitamos previamente, sino que ponemos todo el cuerpo, mente y alma en juego, en apertura y en consciencia acrecentada, nos salimos de las rutinas, de las zonas de confort, abrimos los sentidos, apreciamos otras formas de ser, cocinar, vivir, habitar, hablar y de relacionarse con el entorno. Es maravilloso en este tipo de experiencias que cuando nos disponemos a la aventura del viaje, ésta se da instante tras instante, desde que abrimos los ojos hasta que los cerramos, incluyendo los sueños y en cada paso vamos poniendo a prueba nuestros miedos, intuiciones, ansiedades, (in)seguridades, sueños, caminos andados y nos vamos disponiendo con todo el cuerpo a aprender…puedo atestiguar que en el viaje se abre la posibilidad de una forma de conocimiento genuino y de un aprendizaje integral y transformador.
Agradezco inmensamente la generosidad y hospitalidad de Juan y Vanessa, la conexión con los profesores del Selvatorium (Anderson, Diego, Luis, Estefanía, Alejo, Euma…) las palabras de Jerson, Diana, Yaku y Alisio, la vitalidad del proyecto y espero que más iniciativas educativas puedan alimentarse de estas prácticas integrales educativas que son tan inspiradoras para el presente y futuro de la educación.
Les presento La Voz de las Plantas, “un podcast acerca de algunas de las plantas medicinales de la Sierra Nevada de Santa Marta. La producción de este podcast se hizo posible mediante talleres donde los niños de @lobitosselvatorium aprendieron a hacer entrevistas, grabar sonidos, interpretar personajes e investigar sobre plantas medicinales”
Y aquí la cosecha audiovisual que realicé de la residencia en el Selvatorium en el mes de Julio de 2023.